Se cumplen en este 2024 que está finalizando treinta años de la II Exposición de Escultura en la Calle de Santa Cruz de Tenerife, acontecimiento cultural de enorme relevancia para la ciudad. Heredera de la primera edición de 1973-74, esta nueva muestra volvía a acoger en las calles, plazas y parques de la capital tinerfeña, veinte años después, lo mejor de la escultura contemporánea del momento.
De nuevo, desde el Colegio de Arquitectos de Tenerife, La Gomera y el Hierro, con la ayuda tanto del Ayuntamiento (Fundación Santa Cruz Cinco Siglos) como de otras entidades privadas y públicas, fue posible la organización aquí de un evento cultural de esta magnitud, con el que se puso el broche de oro a los distintos actos organizados con motivo del V centenario de la fundación de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife celebrado en 1994.
El concepto de esta nueva edición era el mismo propuesto en 1973: situar al alcance de todo el mundo obras que trascendieran lo exclusivamente ornamental, basadas en ideas vanguardistas y concepciones estéticas contemporáneas, que pudieran combinarse con el íntimo disfrute de lo urbano.
Se cursaron, como antaño, invitaciones a diversos escultores de talla internacional. Las obras, a ser posible, serían realizadas “in situ”, con la colaboración de alumnos y profesores de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna.
En esta ocasión participaron artistas de la categoría de Jaume Plensa y Juan Bordes de España; Ulrich Rückriem e Igor Mitoraj de Alemania; de Colombia, Negret y Botero; Christian Sylvain de Bélgica; Hanneke Beaumont de Holanda; y Claude Viseux de Francia, autor que ya había intervenido en la primera edición. Además, la II Exposición llegó a expandirse fuera de los límites de la ciudad de Santa Cruz (una novedad con respecto a 1973), con la instalación de la obra Tensei Tenmoku del artista japonés Kan Yasuda en el muelle de Garachico.
Un aspecto fundamental es que en esta ocasión casi todas las obras expuestas permanecieron aquí tras la Exposición; solo la de Botero fue devuelta e, inexplicablemente, Tensores de Viseux desapareció de su lugar de exposición para dar paso a las vías del tranvía y desde entonces, de forma increíble y sonrojante, nada se ha sabido de ella.
La Exposición no quedó nunca cerrada de forma definitiva. Con el paso de los años la ciudad ha ido aumentando la colección con la participación de nuevos artistas (José de Guimarães, Parvine Curie) y con otros que ya habían colaborado anteriormente y que han seguido aportando su arte a los espacios abiertos de Santa Cruz, como ha sido el caso de Jaume Plensa y su Carla.
Cincuenta y un año después de la primera muestra y treinta desde la segunda, la ciudad de Santa Cruz cuenta hoy en día en sus calles, parques y plazas con una colección de obras de arte contemporáneo de primera categoría. Tenemos que darnos cuenta, como sociedad, del valor ciudadano que nos ofrecen estas piezas. Estamos equivocados si las entendemos como simple mobiliario urbano. Son mucho más que eso. Debemos de verlas como manifestaciones que nos ayudan a interpretar la realidad cotidiana de la ciudad; como objetos que estimulan nuestra imaginación y favorecen nuestra convivencia en el espacio público. Para verlo así tenemos que comprender la naturaleza de lo que atesoramos. Será a partir de ahí cuando valoraremos en justa medida, protegeremos y conservaremos entre todos este valioso patrimonio artístico del que Santa Cruz debe de sentirse orgullosa.
Si quieres conocer algo más sobre las obras de la II Exposición de Escultura en la Calle de Santa Cruz de Tenerife, te invitamos a visitar los siguientes enlaces:
Obras que permanecen en Santa Cruz:
- El devorador de pájaros
- Per Adriano
- El muro o El relato de un equilibrio
- Islas
- Sin título
- Sol rojo
- Courage
- Luta de serpentes (Fighting Snakes)
Obra en Garachico:
Obras que estuvieron y que ya no están en Santa Cruz:
Obras instaladas posteriormente: