Los parques urbanos son elementos de enorme importancia en la consolidación de las ciudades. No solo son espacios que embellecen las poblaciones; funcionan también como pulmones urbanos que ayudan a combatir la contaminación, favoreciendo la biodiversidad y, además, operan como importantes componentes de cohesión social.
La idea de dotar a las ciudades de parques de esparcimiento surgió del naturalismo ilustrado de finales del siglo XVIII, pero fue durante el XIX cuando se asentó definitivamente el concepto de parque urbano abierto al disfrute de la ciudadanía. El éxito de esta convicción fue tal que las principales ciudades del mundo contaron, a partir de entonces, con grandes recintos ajardinados: Londres con Hyde Park; París con Las Tullerías; Berlín con el Tiergarten; Nueva York con Central Park; Madrid con El Retiro… En Canarias, desde hace aproximadamente un siglo, tanto Las Palmas como Santa Cruz de Tenerife disponen de unos parques urbanos dignos de mención.
En Las Palmas, el parque de mayor enjundia de la ciudad es el de Doramas. Enclavado en medio del casco urbano, cuenta con casi 50 mil metros cuadrados por donde, de forma escalonada, extiende su magnífica vegetación. Los orígenes de este espacio hay que buscarlos en los antiguos jardines del Hotel Santa Catalina que, durante la década de los años veinte del siglo pasado, el Ayuntamiento adquirió junto con otras parcelas colindantes con el objetivo de crear un gran parque. Hoy en día se combinan en este lugar naturaleza y espacios culturales de gran valía. Otra zona verde que destacamos en Las Palmas, ésta de mucha menor extensión, es el Parque San Telmo, ubicado en el extremo norte del barrio y de la calle de Triana. Primero fue plaza, luego alameda y hoy se ha convertido en un parque agradable donde los parterres han dado vida a una rica vegetación que se entremezcla con una antigua ermita y con hermosos kioscos de aires románticos y modernistas.
Santa Cruz de Tenerife es una ciudad que destaca por sus zonas verdes, pero si hay que resaltar alguna nombraríamos, sin lugar a dudas, el Parque Municipal García Sanabria. La capital tinerfeña aspiraba, desde la segunda mitad del XIX, a contar con un parque urbano de categoría, pero no fue hasta la tercera década del siglo XX cuando, de la mano del alcalde Santiago García Sanabria, se hizo realidad. El “Parque”, como casi todos los chicharreros lo conocen, es una verdadera joya, no solo por su grandiosa y variada vegetación, sino también por la cantidad de obras de arte que alberga en su interior. Otro de los parques a resaltar de Santa Cruz, éste mucho más moderno, es el Parque La Granja, que lleva casi cincuenta años dando placer a los vecinos que se acercan allí a pasear, a practicar deporte, a gozar de la magnífica pista de “skate” que contiene, o a acceder a la interesante oferta cultural que ofrece la Biblioteca Pública del Estado de Santa Cruz de Tenerife (Casa de la Cultura), ubicada en un extremo de este gran recinto ajardinado.
Si quieres conocer algo más sobre estos cuatro parques de las capitales canarias, sólo tienes que acceder a los siguientes enlaces: