Con la llegada del mes de mayo, como cada año, Santa Cruz de Tenerife celebra su fiestas fundacionales. Concursos de cruces, exposiciones de flores y plantas en el parque García Sanabria, cena y baile de magos, procesiones religiosas e institucionales; todo esto tiene su fundamento en la conmemoración de aquel 3 de mayo de 1494, cuando el conquistador Alonso Fernández de Lugo desembarcó en las playas de Añazo, nombre original del lugar, fundando lo que luego sería la ciudad de Santa Cruz. Le impuso este nombre al coincidir el día con la festividad de la “Invención de la Santa Cruz”, que rememora, según la tradición cristiana, el descubrimiento hacia el año 326 por parte de Santa Elena de la cruz en la que fue crucificado Cristo.
Fernández de Lugo no fue el primero en llegar a estas costas. Otros europeos ya habían utilizado las playas de Añazo en sus expediciones en busca de madera, ganado y esclavos. De hecho, Diego García de Herrera, en 1464, tras un pacto de amistad con los aborígenes, levantó el primer asentamiento europeo en estos lares: una torre de la que nada ha quedado.
Pero fueron los acontecimientos de aquellos primeros días de mayo de 1494 los que marcaron definitivamente el devenir histórico de Santa Cruz. El conquistador Fernández de Lugo instaló su campamento en los márgenes de la desembocadura del barranco que luego se denominaría de Santos, por cuyo cauce solía correr agua durante buena parte del año. Ahí asentó a los más de mil seiscientos soldados que formaban su tropa; desde aquí partieron las incursiones hacia el interior de la isla; éste fue el lugar de refugio y reembarque tras el desastre de Acentejo; y también fue el de retorno, al año siguiente, con nuevas tropas para la campaña definitiva de la toma de Tenerife.
Tras la finalización de la Conquista, Santa Cruz se convirtió en el puerto de la principal ciudad de la isla: San Cristóbal de La Laguna. Pronto fue denominado “Lugar” y en él empezaron a levantarse modestas edificaciones construidas con adobes, tapial y techumbres de paja. Las casas se alineaban a lo largo de la costa; hacia el norte el límite edificado llegaba hasta la ermita de la Consolación, erigida en los alrededores de donde hoy se encuentra la plaza de España; hacia el sur, al otro lado del gran barranco, hasta la zona conocida como El Cabo. En medio de estos dos polos se encontraba el grueso poblacional con su desembarcadero de la playa de la Carnicería (donde se sacrificaba el ganado), su pequeña iglesia que luego se convertiría en la parroquia de La Concepción, su torre defensiva, y la residencia temporal del Adelantado situada en la desembocadura del barranco de Santos, frente al gran charco de mar que se formaba allí.
La primigenia sociedad santacrucera estaba formada por gente humilde: población aborigen cristianizada, europeos dedicados a la marinería, pescadores, carpinteros de ribera, mesoneros, pescaderas, algún artesano, pocos comerciantes, algo de tropa y bastantes transeúntes. Gente sencilla en general, ya que la nobleza, el clero, los altos grados militares y los comerciantes más acaudalados se asentaron en La Laguna, La Orotava y Garachico. Y es que en aquellos tiempos Santa Cruz no era más que un pequeño caserío situado sobre una línea de costa alternada por lajas volcánicas que se adentraban en el mar y pequeñas playas de callaos con arena negra. Un lugar donde sus calles, apenas esbozadas entre cardones y tabaibas, salvaban con dificultad los barrancos existentes.
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Buenos días.
Tendrán información cronológica de la fundación de las parroquias eclesiásticas en Tenerife? En caso de ser afirmativa su respuesta podrían compartir la información conmigo?
Muchas gracias por la gestión que puedan realizar para conmigo
Saludos
Buenos días.
Antes que nada, Muchas gracias por ponerte en contacto con nosotros.
Te recomendamos que acudas a los archivos parroquiales o bien al Obispado de Tenerife, en donde podrás encontrar noticias sobre las fundaciones de las distintas parroquias.
Un saludo cordial.